La resequedad de la piel es un problema común que afecta a personas de todas las edades y tipos de piel. Caracterizada por una sensación de tirantez, descamación y, en casos severos, picazón y agrietamiento, la piel seca puede ser más que una simple molestia; puede afectar significativamente la calidad de vida y la salud general de la piel.
El impacto de la piel seca va más allá de la incomodidad física, pudiendo afectar a la autoestima y confianza, ya que una piel saludable es a menudo un reflejo de bienestar general. Por eso, es crucial adoptar un enfoque proactivo para manejar la resequedad, incluyendo una rutina de cuidado de la piel adecuada y, cuando sea necesario, tratamientos médicos.
Causas
La resequedad de la piel es un problema común que puede ser causado por una variedad de factores tanto externos como internos.
Internamente, condiciones médicas como el eczema, la psoriasis y el hipotiroidismo, así como el envejecimiento natural, también pueden llevar a una disminución en la capacidad de la piel para retener la humedad. Esta combinación de factores puede hacer que la piel se vuelva vulnerable, irritada e incluso propensa a infecciones.
De forma externa, la resequedad de la piel puede ser causada por:
Aire frío y seco del invierno.
Hornos que calientan el aire y eliminan la humedad.
Aire caliente y seco en ambientes desérticos.
Acondicionadores de aire que lo enfrían y eliminan la humedad.
Tomar baños o duchas calientes y prolongados con frecuencia.
Lavarse las manos con frecuencia.
Algunos jabones y detergentes.
Ciertos medicamentos (tanto orales como tópicos).
Guía definitiva para tratar la piel seca desde casa
Para aliviar la resequedad de la piel, te proponemos una serie de consejos que ayuden a restaurar y mantener la hidratación de su piel de manera efectiva:
Aplique un ungüento, crema o loción de 2 a 3 veces al día o con la frecuencia que sea necesaria.
Después de bañarse, seque la piel dando palmaditas y aplique la crema humectante.
Evite productos para el cuidado de la piel y jabones que contengan alcohol, fragancias, colorantes u otros químicos.
Tome baños o duchas cortos y con agua tibia.
Evite tomar baños o duchas calientes.
Báñese solo una vez al día.
En lugar del jabón normal, pruebe con limpiadores cutáneos suaves o jabón con humectantes agregados.
Use jabón o productos de limpieza en su cara, axilas, áreas genitales, manos y pies.
Evite restregarse la piel.
Aféitese después de bañarse, cuando el vello es suave.
Use ropa suave y cómoda cerca de su piel, evitando aquellas telas ásperas como la lana.
Lave la ropa con detergentes libres de colorantes o fragancias.
Beba mucha agua.
Alivie la picazón en la piel mediante la aplicación de una compresa fría en las áreas irritadas.
Ensaye con lociones o cremas de cortisona de venta libre si la piel está inflamada.
Busque cremas hidratantes que contengan ceramidas.
Cuándo ponerse en contacto con el médico
Le recomendamos contactar con su médico si:
Siente picazón sin un salpullido visible.
La resequedad y la picazón le impiden dormir.
Tiene heridas o llagas abiertas de tanto rascarse.
Las recomendaciones de cuidados personales no alivian la resequedad y la picazón.
Dra. María Lorena Vela - Directora de Investigación en el Balneario de Cofrentes